¿Mano dura o mano blanda con el niño? Es uno de los dilemas
modernos. Si alguna vez ha escuchado cómo se le enseña a un niño a dormirse
solo en la cuna, mientras se ahoga entre sus lágrimas, sabrá de qué hablo.
No sabía quién lloraba, mi primito pequeño
o si estaban asesinando el cerdo de la vecina.
Cosas cómo esas son las que nadie te cuenta cuando aún no
eres padre, y que sinceramente te hacen reflexionar si estás o no listo.
Nada, a subirse todos en el carro de torturar niños, digo,
educarlos.
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