Verde, verde, verde… ya me siento el estómago en revolución.
Ahí se está gestando la desagradable. Déjame apurarme.
Amarillo, amarillo, amarillo… ño, ya me duele la barriga,
esos frijoles de ayer, algo me decía que no me los comiera.
Verde, amarillo, verde… déjame coger un motor, no vaya a ser
que mi sistema de prevención me falle.
Amarillo, verde, amarillo… ño cada bachecito me mueve las
tripas y acelera el proceso. Yo creo que ya pasó el primer esfínter.
Amarillo, rojo, amarillo… me cago. Mientras más me acerco a
la casa, más me cago, eso no falla, faltan cinco cuadras y creo que no llego, y
el cabrón motorista este coge todos los baches de la calle. Él me vio en la cara
el apuro.
Rojo, amarillo, rojo… no llego, ñoooo, qué no llego. Mira la gorda del barrio, ahora seguro que quiere saludarme, y no se da cuenta… ño, se
viene, se viene….
Rojo, rojo, rojo… quítate, sal, coño que después te digo
mama, essssspéeeraatttttteeeee….
Más bien creo que mucho de estos apusros son psicológicos. Todo stá en nuestra mente... Buen post.
ResponderEliminaren la mente, de eso nada, que cuando me siento en el trono no sale "mente" precisamente jajaja
ResponderEliminar