Llego a mi casa apurado. Voy al baño, desde que salí a
trabajar temprano en la mañana, no he podido cag…
Acciono el interruptor de la lámpara. Nada. No enciende la
luz. ¿Qué pasa?
Ya casi termino. Y la luz, nada. Ausente.
Terminé.
A veces pienso que las luces de mi casa tienen libre
albedrío, deciden cuando funcionar y cuándo no. Tienen libertad de expresión,
se funden cuando les da la gana.
Sospecho que es una brujería de mi suegra, para cagarme el
día.
Esa idea siempre pasó por mi mente, hasta que el comemierda
de mi vecino me dio el veredicto: ¡tienes bajo voltaje!
No hay comentarios:
Publicar un comentario