25 de agosto de 2014

El regalo


En Cuba hacer un regalo de cumpleaños es una cosa seria y complicada. Para un cubano de a pie requiere tener conocimientos de las ciencias sociales, el márketing, psicología y hasta economía del hogar.

Primero hay que planificar la cantidad de aniversarios por fecha, para ir haciendo el presupuesto. Aunque hay que incluir un dinero extra para los imprevistos: dígase el que se acuerda de su cumpleaños a última hora, el nuevo miembro de la familia, el que te resolverá algo y uno de otros deslices de la memoria.

El segundo paso es analizar cada mes en cuestión. Me explico mejor.

Por ejemplo los cumpleaños de mayo corren el riesgo de coincidir con las celebraciones por el Día de las Madres, y eso conlleva a un desabastecimiento de las tiendas. Por eso, desde abril, hay que ir pensando en los nacidos en el mes de las lluvias. Lo mismo sucede con los de diciembre (fin de año) y los de agosto (compra de ropa, zapatos y utensilios escoalres).

Independientemente de la fecha, siempre hay que afilar el oído y escuchar cualquier tipo de rebajas. Esas son como el pollo que llega a la carnicería, no tiene fecha de llegada, es escaso y te resuelve un gran problema. Por ejemplo, dos toallitas por un dólar, vasos de 50 centavos, galleticas a punto de vencer…. Son algunos recursos que te permitirán regalar a varias personas, con menos gastos.

Esta solución requiere, por supuesto, tener algunos billeticos escondidos en algún recóndito y oscuro lugar de la billetera o el monedero, casi al lado de un letrero que dice “úsese en caso de emergencia”.

Las conversaciones familiares suelen ser una buena fuente de información. Esa es mi tercera recomendación. Parlamentos que suelen comenzar con “me gustaría…”, “necesito…” y “quisiera…”, con frecuencia están seguidos de quejas, lamentos, suspiros… Si se ajusta al presupuesto, métale caña, así garantiza la efectividad. ¡100% garantizado!
Mi cuarto consejo, y no falla, son los niños. Regalarle algo a un pequeño, sin importar que familiar sea el cumpleañero, es resolver el problema. Siempre se contará con el agradecimiento de su pariente, y usted sale ileso.


El quinto y último consejo. Aprenda a hacer cakes, flanes, pudines… suelen contar con muchos adeptos y es un regalo barato. Además, con uno, puede regalar a varias personas de un mismo hogar, y así, matas varios pájaros de un tiro.  

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