No sé si Santiago de Cuba es la ciudad roja por haber sido
escenario de luchas clandestinas importantes, o por ser la Ciudad Héroe, o por
el color del equipo de pelota. Pero sí sé que hoy la urbe se vistió de
amarillo.
Algunos de casualidad, otros porque en el trabajo y en el
barrio les dijeron que debían hacerlo, los más o menos porque sentían que así
apoyaban la causa de Los Cinco.
Algo sí me resulta curiosamente atractivo: hoy miles de
personas llevaron algo de ese color. Lazos adornaron árboles, paraguas,
maletines, espejos, puertas, ventanas, perfiles de Facebook, los más osados
vistieron completo de amarillo, los niños de secundaria, aun cuando su uniforme
es de ese color, usaron cintas, aretes, y otros accesorios amarillos.
Mañana la ciudad volverá a su policromía… pero al menos, yn
solo día, la ciudad roja vistió de amarillo.
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