El tamaño sí importa porque se ve más.
Eso me enseñó una amiga cuando un día la encontré en la
calle y comenzó a mirarme con tremenda malicia.
Sus ojos estaban nerviosos. Trataba de disimular, esquivaba
la mirada pero a cada rato volvía a poner sus ojos sobre mí insistentemente.
Con una sonrisa entrecortada, pícara, y a la vez burlona,
finalmente me dijo: “es que lo tienes tan grande que se te sale por un hueco de
la nariz…”
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