Siempre disfruté el perverso placer de que mi perra me
pasara la lengua por los pies y la espalda. Claro, eso fue hasta que la sorprendí
un día lamiéndose el culo…
Aunque ya no la dejo que me babé, una cosa es verdad, eso no
me ha impedido disfrutar cuando mi perra le pasa la lengua a mi suegra por la
cara…
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