En Cuba (o al menos en el oriente de Cuba, que parece ser,
según la visión habanacentrista una apéndice del país) la palabra “aguaje” se
refiere a aquella persona guaposa, bravucona, que dice y aparenta ser de calle,
de la vida…
Pues resulta ser, y juro por mi madre que esta historia es
verídica, que de tanto quejarme de la calidad del servicio de ETCSA (me refiero
a conectividad a Internet, aunque casi de cualquier cosa uno podría quejarse…)
que la última llamada al 114 me costó conocer al matón.
Digo matón, pues salvo por el uniforme, parecía el clásico
tipo delincuente y abusador.
Debí sospechar cuando tocaron a la puerta con una fuerza,
que solo se arriesga a hacerlo el dueño, o un matón… jejeje
Pero no, por mi mente no pasó la idea de que fuesen los
trabajadores de ETECSA, total, la queja ya llevaba en “el sistema” dos días,
que me había resignado.
El tipo en cuestión era más grande que yo, con una barriga
enorme, y un color de piel que solo compite con un hueco negro, que traga,
hasta la luz.
¿Qué problema tiene?, me dijo, y yo, creyendo que me habían
mandado a la casa un ajustador de cuentas, le dije: Ninguno. Tan seguras mis
palabras, como si con ello me jugase la vida, eso o un caso crónico de
pendejitis aguda.
Se pasó la mano por la frente, y cayeron al piso más que
gotas, un chorro de sudor. Y no sé qué tiene que ver este detalle, pero igual
me impresionó. Aquí tengo un reporte para revisar la línea.
Ahhh…!!!!!! (Aliviado) Es de ETECSA.
Después me enteré que le decía meñique (pura ironía, pues no
necesitaba escaleras para clavar los cables a la pared, pegado al falso techo),
también lo oí discutir con una mujer (de ETECSA también) por el celular, cagarse
en su madre y gritar “yo me como un león y lo cago hecho picadillo”.
Nada, que realmente ETECSA está obstinado de mí y me
mandaron el matón.
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