A José Martí no se le venera en un pedestal.
Él, como ningún otro, forma parte del pueblo, de su sentir,
sabiduría, y también del espíritu y jocosidad popular.
Es una verdad que todo, o casi todo, lo que no tenga
autoría, las personas se lo atribuyen a él. Aunque algunos casos son realmente exagerados.
Esto me pasó en la camioneta, un medio de transporte privado
en Santiago de Cuba y también de los más usados.
Resulta que estaba llena, casi no cabía un alma más en la
camioneta. Ella estaba detenida en una parada.
Una mujer, en franco gesto de desagrado la miraba.
El machacante (personaje que cobra el pasaje y también
exhorta a las personas a subir al medio de transporte) le dijo: “Dale mami, sube,
ya lo dijo Martí, LO QUE VA ADELANTE, VA ALANTE”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario