Cada 14 de febrero la calle arece un día de locos.
Dice un amigo, cuentapropista, que lo que no logra vender el
año entero, lo hace ese día. La gente compra cualquier cosa, asevera, desde una
flor (para la pareja) hasta un estropajo para la suegra.
Las personas salen y entran de las tiendas como locos, o al
menos con ojos de locos, buscando, mirando productos, sacando cuentas, calculando
y buscando un balance entre dinero y el regalo que le garantice un buen sexo esa
noche. Y todos desean rebajas o que le aparezca la cabrona hada madrina que les
tocó pero que nunca ha dado la cara y que tenga ganas de hacer la obra del día.
Cualquier 14 de febrero te topas en la calle al tipo
inteligente (el que compró el regalo meses atrás), el arrebatado (que busca y
compra cualquier cosa), el dichoso (porque el cumpleaños de la mujer coincide
con el Día de San Valentín), el suertudo (porque el cumpleaños de la mujer y la
fecha en que se conocieron, es el 14 de febrero), y el tipo con instintos suicidas
(porque tiene varias mujeres)…
Ese es el día que no quisieras que tu mujer se topara con
nadie en la calle. Pero como la cabrona hada madrina no aparece, la que sí se
presenta es la novia del hijo de un médico internacionalista.
- Mira lo que me compró mi novio. Y a esa hora la
quieres coger por el cuello.
- Un vestido de 25 dólares... qué te regaló el tuyo????
Te embarcaste, ya no vale el cuento de que All you need is
love.
/jrlv
/jrlv
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